Según la última Encuesta Nacional de Salud, los índices de obesidad en la población infantil española han experimentado un fuerte incremento en las dos últimas décadas. Un aspecto que se tiene muy en cuenta a la hora de confeccionar los menús de nuestro comedor escolar, con dos características que nos diferencia: calidad y comida casera elaborada en la cocina del propio colegio.

La primera etapa del desarrollo físico, psíquico y social de la persona es la infancia, ya que en ella se inicia el proceso de madurez del individuo en todos sus aspectos, y es precisamente la alimentación el factor extrínseco más importante que determina ese crecimiento. Por ello, una alimentación correcta durante la edad escolar que permita al niño crecer con salud es, sin duda, un objetivo prioritario para familias y educadores, pues cualquier malnutrición, por exceso o por defecto, puede tener repercusiones negativas a corto y largo plazo. Además, es cuando comienzan a instaurarse unos hábitos alimenticios que, correctos o no, se mantendrán durante toda la vida.

De esta manera, el comedor escolar puede y debe ser, por tanto, un marco en el que día a día se adquieran unos hábitos alimentarios saludables, sin dejar a un lado el papel principal de las familias, que desde sus hogares y desde los primeros meses de vida de sus hijos, deben darles a conocer de forma práctica las normas encaminadas a una óptima alimentación y nutrición en la que estén presentes todo tipo de alimentos.

Todos estos son motivos suficientes para que se cuiden con especial esmero y sensibilidad los menús que ofrecemos a los alumnos en el comedor de este centro escolar. Menús diseñados por un dietista-nutricionista que es quien marca las pautas a seguir y en base a ello se elabora un menú saludable y equilibrado.
La comida es totalmente casera, elaborándose en el día, en la cocina del centro, por el equipo de profesionales encargado de la alimentación en el colegio.